La cuenta financiera es uno de los componentes de la balanza de pagos. Incluye la adquisición neta y venta tanto de activos como pasivos financieros. Como se expone en la sexta edición del Manual de Balanza de Pagos publicado por el Fondo Monetario Internacional, “en la cuenta financiera se registran las transacciones relativas a los activos y pasivos financieros que tienen lugar entre residentes y no residentes”. La tabla inferior, obtenida del Manual de Balanza de Pagos, muestra un esquema de la cuenta financiera.
Las cuentas financieras pueden corresponder tanto a apuntes de bienes, servicios, ingresos o cuenta de capital, como a apuntes de signo opuesto a la misma cuenta financiera. Por ejemplo, cuando un país vende bienes a otro, habrá un apunte en la cuenta corriente (un aumento en la cuenta de bienes y servicios ya que el país está exportando), pero también en la cuenta financiera en forma de divisa, depósito o crédito comercial. En ocasiones pueden realizarse operaciones que impliquen dos apuntes en la misma cuenta, como en el caso de bonos al poder ser cambiados por depósitos o divisa.
Por lo tanto, el balance de la suma de la cuenta corriente y de capital ha de ser conceptualmente igual al de la cuenta financiera como queda recogido en la siguiente fórmula:
SCC + SCK = CFN
donde
SCC = saldo en cuenta corriente
SCK = saldo de la cuenta de capital
CFN = cuenta financiera neta
La ecuación anterior debe ser entendida de la siguiente forma: la suma de los balances de las cuentas corriente y de capital representa el superávit (posición acreedora) o déficit (posición deudora) que presenta una economía con respecto al resto del mundo. La cantidad anterior debe ser igual a la cuenta financiera neta ya que ésta mide como está financiada la posición acreedora o deudora.