La fisiocracia es un neologismo del siglo XVIII procedente del griego “physis”, naturaleza y “kratia” autoridad: gobierno de la naturaleza. Es el nombre que François Quesnay y sus seguidores, los fisiócratas, dieron en Francia desde 1750 a la nueva ciencia que veía en la naturaleza, especialmente en la agricultura, la fuente de la riqueza. Todas las cosas de valor y utilidad eran generadas siguiendo el orden natural inmutable de las relaciones económicas y sociales estudiadas por la economía política. Los fisiócratas fueron popularmente conocidos como “los economistas” y despertaron el interés de Adam Smith por la economía. Su filosofía del papel del gobierno está resumida en la famosa frase laissez faire, que básicamente significa dejar que el equilibrio de la economía se establezca por libre voluntad, creyendo que la economía está autorregulada. El énfasis en la agricultura era despreciar el valor del comercio ya que no añadía ningún valor a lo que era creado por los granjeros.
La fisiocracia coexistió con la principal doctrina en aquel tiempo, el mercantilismo. Sin embargo, la fisiocracia tuvo algunas características diferenciadoras, como el hecho de que se desarrolló en Francia, durante un corto periodo de tiempo al contrario que el mercantilismo (sólo desde 1750 a 1780), tuvo un líder intelectual principal, Quesnay, y desarrolló un enfoque más analítico así como modelos (como el Tableu Économique de Quesnay), dando un carácter más científico al estudio de la Economía.
La fisiocracia y el mercantilismo tuvieron características comunes, principalmente el hecho de que estudiaron la economía (desde su núcleo, las leyes de la naturaleza) para entenderla, pero también formularon políticas económicas. Esto estableció el estudio y compresión de la economía como un prerrequisito para desarrollar políticas económicas.