El producto interior bruto (PIB), o producto interno bruto, es el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos en una economía durante un periodo determinado de tiempo. Esto es, se considera el valor de mercado de los productos de un cierto país, incluyendo nacionales y extranjeros trabajando en dicho país. Esta es la principal diferencia con el producto nacional bruto, que considera los bienes producidos solo por nacionales de un país sin considerar su residencia.
El producto interior bruto es calculado para un cierto periodo de tiempo, lo que hace fácil comparar su valor con distintos periodos temporales y distintos países. También existen dos importantes implicaciones: los bienes de reventa no son considerados en el producto interior bruto; y los bienes terminados pero no vendidos son considerados como inventarios (inversión).
El producto interior bruto puede ser estimado usando tres métodos distintos. El enfoque de ingreso considera todos los salarios, intereses pagados, alquileres y otras fuentes de ingresos para estimar el producto interior bruto. El método de oferta o valor agregado estima un valor bruto y luego substrae consumo intermedio i.e., bienes y servicios usados para producir los bienes finales. Finalmente el enfoque de gasto usa la demanda de bienes para contabilizar el producto interior bruto.
El método basado en el gasto considera el gasto total de todos los participantes i.e., familias, empresas y gobierno. El producto interior bruto (también denotado como Y, producción) puede ser desagregado en cuatro grandes componentes que clasifican la naturaleza del gasto. Estos componentes son el consumo (C), la inversión (I), el gasto público (G) y las exportaciones netas (NX). Así podemos escribir:
Y = C + I + G + NX
Cualquier cantidad de dinero gastada en una economía puede ser clasificada en uno de los cuatro componentes, considerando la naturaleza del producto, el comprador y el propósito del gasto.
La evolución en el tiempo del producto interior bruto de una economía muestra la situación de esa economía. Cuando el producto interior bruto crece año tras año, podemos considerarlo como una señal de una economía en proceso de expansión. La inflación debe ser considerada cuando se analiza el producto interior bruto para diferenciar entre PIB real y PIB nominal. El PIB nominal considera únicamente los precios actuales, mientras que el PIB real es calculado usando precios de un año base para poder eliminar los efectos inflacionarios.
Adicionalmente, si observamos el producto interior bruto per cápita, dividiendo el producto interior bruto entre la población total de un país, podemos comparar el nivel de vida entre distintos países. Sin embargo, estas medidas no representan adecuadamente el nivel de bienestar de un país ya que hay más factores que han de tenerse en cuenta.