Los modelos basados en expectativas racionales son aquellos donde las predicciones futuras de un agente afectan al valor que se le asigna a una variable en el periodo de tiempo actual. En esta especie de profecía autocumplida, las expectativas se convierten en verdades, y los errores en las predicciones futuras pasan a ser aleatorios. Esto provoca que las predicciones sean válidas, porque las expectativas presentes sobre el futuro son variables dependientes de los valores futuros. Este modelo fue desarrollado y extendido por dos artículos de John Muth: “Optimal Porperties of Exponentially Weighted Forecasts” (Propiedades óptimas de las predicciones ponderadas exponencialmente) de 1960, y “Rational Expectations and the Theory of Price Movementes” (Expectativas racionales y la teoría de los movimientos de precios) de 1961. Fueron más tarde resumidos por Peter Whittle en 1963, antes de ser una influencia para el trabajo de Robert Lucas en los años setenta. Particularmente, Lucas desarrolló el uso de las expectativas racionales en su artículo “Expectations and the Neutrality of Money” (Expectativas y la neutralidad del dinero) de1972, en el cual usó la parábola de la isla de Edmund Phelps, aplicando expectativas racionales en lugar de expectativas adaptativas.
Matemáticamente, las expectativas racionales se pueden representar como:
Que simplemente indica que el valor de x a día de hoy será el valor esperado en un periodo anterior más un término de error.
Esencial para esta hipótesis es el hecho de que los individuos tienen información perfecta y los mercados son perfectos y tienden al equilibrio. Esto implica volver a las teorías neoclásicas cuyas ideas principales fueron retomadas por la nueva macroeconomía clásica.