El modelo o teorema de la telaraña explican las fluctuaciones irregulares en los precios y cantidades que pueden aparecer en algunos mercados. La cuestión clave en estos modelos es el tiempo, ya que la forma en que las expectativas de precios se adaptan determina las fluctuaciones de precios y cantidades. El teorema de la telaraña ha sido analizado por economistas como Ronald H. Coase, Wassily Leontief, o Nicholas Kaldor. Fue con el artículo de Kaldor sobre el tema, » A Classificatory Note on the Determinateness of Equilibrium” (Una nota clasificatoria sobre la determinabilidad del equilibrio) de 1934, donde el análisis de estos modelos fue acogido con gran interés, y donde el fenómeno tomó el nombre de teorema de la telaraña. Cuatro años después, en 1938, el economista Mordecai Ezequiel escribió el artículo «The Cobweb Theorem” (El teorema de la telaraña), lo que otorgó al fenómeno y su representación gran popularidad.
El teorema de la telaraña se explican fácilmente utilizando el ejemplo utilizado por Kaldor en 1934: los mercados agrícolas. Digamos que las condiciones climáticas no son óptimas durante un año, lo que hace que la cantidad ofrecida de un determinado cultivo sea bastante pequeña (Qt, primer diagrama). Este exceso de demanda o escasez, hace que los precios sean inusualmente altos (Pt). Cuando los agricultores se dan cuenta de cuánto han subido los precios, plantan más con el fin de ofertar más al año siguiente. Sin embargo, la oferta es tan alta al año siguiente (Qt+1) que los precios disminuyen para satisfacer la demanda de los consumidores (Pt+1). Dado que los precios son bajos, los agricultores deciden reducir su suministro del año siguiente (Qt+2), lo que resulta de nuevo en altos precios (Pt+2). Este proceso continuará hasta que se alcanza un equilibrio después de unas pocas fluctuaciones. Este equilibrio único se alcanza porque en este primer escenario, la elasticidad de la curva de demanda, en términos absolutos, es mayor que la elasticidad de la curva de oferta, lo que implica una fluctuación convergente.
El segundo diagrama muestra que una fluctuación continua entre dos equilibrios tendrá lugar cuando ambas elasticidades sean iguales entre sí. El tercer diagrama muestra una fluctuación divergente, que se da por el hecho de que la curva de demanda es más pronunciada que la curva de oferta. A pesar de que estos tres diagramas muestran resultados muy diferentes, el ejemplo explicado anteriormente puede resultar en cualquiera de estos escenarios, dependiendo de la elasticidad de cada curva.
Hay otro escenario posible, que se da por los cambios en la pendiente de las curvas: si cerca del punto donde las curvas de oferta y demanda se cruzan la demanda es más pronunciada que la oferta, pero cuando nos movemos lejos de este punto la curva de oferta se hace más empinada que la curva de demanda, se obtiene una tela de araña como la del diagrama de abajo. En un primer momento, los precios y las cantidades actúan como una fluctuación divergente. Sin embargo, como la oferta se hace más empinada que la demanda, un ciclo límite puede ser alcanzado, convirtiendo esta fluctuación divergente en una fluctuación continua.