Las externalidades son los beneficios o costes que surgen cuando la decisión de consumir o producir genera algún impacto positivo o negativo en el entorno, afectando al bienestar de otros de tal modo que no es transmitido a través de precios o mecanismos de mercado. Cuando el precio de mercado no refleja verdaderamente el precio real en el que la externalidad debería ser considerada, existe una pérdida de eficiencia.
Como hemos mencionado, es importante tener en cuenta que las externalidades pueden estar ligadas a una mejora de la utilidad para los individuos pero también a una caída de esta. Las primeras son conocidas como externalidades positivas y un ejemplo sería la vacunación de un individuo que prevendría una enfermedad y a la vez impediría la propagación de esta. Por otro lado, las externalidades negativas son aquellas que reducen la utilidad y un ejemplo común es la contaminación del aire producida por las fábricas.
El diagrama inferior muestra una representación gráfica de una externalidad negativa usando el ejemplo de la fábrica contaminante. El eje horizontal mide la cantidad producida por la fábrica y el eje vertical mide unidades monetarias. La curva de beneficio marginal (BMg) representa el beneficio marginal de la fábrica para cada nivel de producción, y disminuye con la cantidad producida. La curva de coste privado marginal (CPMg) muestra el coste marginal de la fábrica al aumentar la producción. La curva de coste privado marginal privado muestra el coste marginal de la fábrica según aumenta la producción. Cuanto más produce la fábrica, más contamina, y por tanto mayor será el efecto negativo, que es representado por la curva de daño marginal (DMg). Por último, el coste social marginal (CSMg) representa el coste marginal total para toda la sociedad y es construido sumando los costes privados y sociales.
La producción socialmente eficiente QS en este caso está situada a una cantidad menor y a un precio mayor que la producción real QA. Cuando los mecanismos de mercado no transmiten adecuadamente los precios, habrá una pérdida de eficiencia. Si se tratase de una externalidad positiva, lo contrario no ocurriría necesariamente. Es cierto que el óptimo social correspondería con una mayor producción pero el precio podría ser menor, igual o incluso mayor que el óptimo privado dependiendo de la localización y pendiente de las curvas.
Muchas soluciones han sido propuestas para reducir estas ineficiencias creadas por las externalidades:
Impuestos Pigouviano: este impuesto correctivo es recaudado por cada unidad de producción que un agente generador de externalidades produce. Este impuesto es igual al daño marginal al nivel óptimo de producción (t en el diagrama adyacente).
Subsidios: en una industria contaminante, las empresas reciben dinero por reducir sus emisiones (el gobierno paga un subsidio s, rectángulo verde). Este método funciona de manera similar al impuesto pero esta vez el gobierno gasta el dinero en vez de recolectarlo, mientras que ocurre lo contrario para las empresas.
Mercado de derechos de emisión: la idea básica detrás de esta medida es crear un mercado, donde existan un número limitado de licencias de contaminación, que permita a las firmas menos contaminantes vender esos permisos a otras que contaminen más. Este sistema beneficiará a las empresas con bajas emisiones penalizando a las más contaminantes.