La nueva macroeconomía clásica lleva las expectativas un paso más allá que los monetaristas al usar las expectativas adaptativas. En lugar de suponer que los agentes aprenderán a ajustar su comportamiento basándose en experiencias pasadas, ellos aplican las expectativas racionales asumiendo directamente que:
- Todos los agentes tiene suficiente conocimiento del funcionamiento de la economía y sus relaciones básicas estructurales para anticipar causa y efecto;
- Todos los agentes asumen que los mercados alcanzan libremente un equilibrio;
- La información es perfecta: los motores de las fuerzas del mercado son “conocimiento común”.
Todo esto indica una vuelta a los pilares de la economía neoclásica, y aunque en términos prácticos puede parecer extraño, implica llevar la curva de Phillips aumentada por expectativas un paso más allá:
Desde la perspectiva de la nueva macroeconomía clásica, los agentes son capaces de anticipar eventos futuros sin necesidad de haberlos experimentado previamente. Esta vez, los agentes anticiparán las políticas monetarias expansionistas y por tanto pasarán por alto el punto B. Los agentes tienen suficiente conocimiento del funcionamiento de la economía y la política monetaria es suficientemente transparente para que los agentes directamente asocien una caída en los tipos de interés con un aumento de la inflación. Por lo tanto, no malgastan tiempo alguno en demandar aumentos de salarios (el cambio en las expectativas de inflación mueve la curva directamente hacia el punto C), y la inflación crece antes de que una caída del desempleo sea alcanzada. La política monetaria expansionista no es siquiera efectiva en el corto plazo. En el muy corto plazo, un pequeño efecto puede existir, pero solo como resultado del tiempo necesario para que las expectativas lleven a la acción.
El único modo para que la política monetaria funcione bajo estos escenarios es el efecto sorpresa y en grandes magnitudes para provocar un shock económico. Si los agentes no esperan medidas drásticas, no tienen tiempo necesario para reaccionar. De esta forma, la política económica debe ir más allá de las expectativas, de otro modo incluso una sospecha de que el gobierno pueda actuar llevaría a los agentes a contrarrestar sobre esta medida, probablemente incluso antes de que esta sea implantada.