El coste de oportunidad, en microeconomía, es definido como el valor de la mejor alternativa posible que uno rechaza para dedicar sus recursos a otra actividad específica. Los agentes tendrán que hacer frente a un coste de oportunidad en toda decisión tomada; por tanto, la actividad escogida tendrá que hacer frente al menor coste de oportunidad posible para ser elegida como la mejor opción, o los mayores beneficios para que compense el coste de oportunidad. Los gobiernos, por ejemplo, se enfrentan a un coste de oportunidad cuando deciden distribuir su presupuesto en construir una escuela, hospitales, u otras infraestructuras, en lugar de adquirir vehículos militares, armas, u otro equipamiento
El coste de oportunidad, junto con los costes hundidos, deben ser tenidos en cuenta cada vez que se toma una decisión. Por ejemplo, si existen dos opciones A y B y decidimos tomar A, debemos considerar no solo los beneficios y costes directamente relacionados con A sino también el coste de oportunidad de no escoger B. El coste de oportunidad en este caso puede ser considerado como el hipotético beneficio de escoger B. Esto es, el beneficio real neto de escoger A será:
Beneficio netoA = BeneficioA – CosteA – Coste de oportunidadA = BeneficioA – CosteA – (BeneficioB)
Un coste de oportunidad en la vida real al que mucha gente joven se enfrenta es la decisión de ir a la universidad. En la mayoría de los países, especialmente en los EEUU, ir a la universidad puede ser visto como una gran inversión. Sin embargo, es una inversión muy cara. Los jóvenes no solo han de pensar en los beneficios (unos ingresos mayores en el futuro) y costes (matricula), pero también sobre el coste de oportunidad que corresponde al dinero que podrían haber ganado trabajando durante los años de estudio.