Bajo un régimen de adopción de moneda, un país usa otra divisa y así rehúsa su capacidad de usar políticas monetarias. Como explica el Fondo Monetario Internacional, bajo un acuerdo de sistema cambiario con adopción de moneda, la divisa de otro país circula como única moneda de curso legal, o el miembro pertenece a una unión monetaria en la que la misma divisa legal es compartida por los miembros de la unión. Siguiendo esta definición, podríamos incluir todo país de la Eurozona en este grupo. Sin embargo, ya que en este caso una nueva entidad económica central es creada, el Banco Central Europeo, esta es considerada como una unión monetaria pura.
El ejemplo más claro de un régimen de adopción de moneda es una dolarización formal. En este caso, el país adopta el dólar como moneda propia. Ejemplos de esto son países como Ecuador, Panamá y El Salvador. El Salvador es un caso peculiar ya que el dólar coexiste con la antigua moneda doméstica, el colón. Sin embargo, la impresión de nuevos colones está prohibida.
La mayor implicación para un país con divisa adoptada es que pierde el control sobre su política monetaria. Por lo tanto, este régimen es normalmente adoptado por gobiernos que son considerados no fiables, substituyendo su moneda en favor de otra considerada estable y con una política monetaria efectiva.
La siguiente figura muestra los diferentes regímenes según cuatro variables: la flexibilidad del cambio, la pérdida de una política monetaria independiente, el efecto anti inflación y la credibilidad del compromiso del tipo de cambio.