Summary
Los tipos de cambio se pueden entender como el precio de una moneda en términos de otra moneda. Sin embargo, al igual que para los bienes y servicios, debemos tener en cuenta lo que determina ese precio, ya que los gobiernos pueden influir en él, e incluso arreglarlo. Los regímenes de tasa de cambio (o sistemas) son el marco bajo el cual se determina ese precio. Desde un tipo de cambio puramente flotante hasta un tipo de cambio fijo determinado por el banco central, este learning path explica los conceptos básicos de cada uno de estos regímenes. Comenzamos por aprender sobre el concepto en sí, y continuamos con cada tipo de régimen, empezando por los que tienen mayor independencia de política monetaria, y avanzando hacia regímenes menos independientes.Definición:
Alta independencia:
- Tipo de cambio flexible
- Flotación pura
- Flotación sucia
Disminución de la independencia:
Baja independencia:
Los tipos de cambio flexibles pueden ser definidos como regímenes cambiarios determinados por la oferta y demanda globales de una divisa. En otras palabras, son precios determinados por el mercado que pueden cambiar rápidamente debido a la oferta y demanda, y no están fijados ni controlados por los bancos centrales. El escenario opuesto, donde los bancos centrales intervienen en el mercado comprando y vendiendo divisas para mantener el tipo dentro de ciertos límites se denomina tipo de cambio fijo.
Podemos encontrar dos tipos de cambio flexible: puro y sucio. Por un lado, los regímenes de cambio flotantes puros existen cuando el gobierno o banco central no realiza ninguna compra o venta de divisas extranjera o local. Por otro lado, cuando el gobierne interviene, el régimen se denomina sucio y es el escenario más común.
Los tipos de cambio flexibles eran poco frecuentes antes del siglo XIX. Con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos solían adquirir y vender divisa extranjera y doméstica para mantener un tipo de cambio deseable, especialmente en concordancia con la política comercial del país. Después de unas pocas experiencias con tipos de cambio flexibles durante los años 20, la mayoría de las divisas volvieron a estar ligadas al oro. En 1930, antes de que una nueva oleada de regímenes flexibles comenzara, antes de la guerra, más de 50 naciones usaban el patrón oro. Sin embargo, la mayoría de los países lo abandonaron justo después del comienzo de la guerra.
En 1944, con la guerra casi finalizada, la coordinación de la política internacional comenzó a cobrar sentido para las naciones. Junto con la creación de otras organizaciones internacionales, el acuerdo de Breton Woods fue firmado, dando lugar a un nuevo sistema: las divisas estarían ligadas al dólar que a su vez estaría ligado al oro. No fue hasta 1973, cuando Breton Woods colapsó, que los países comenzaron a implementar sistemas de cambio flexibles.
Milton Friedman fue un gran defensor del tipo de cambio flotante. En su artículo “The Case for Flexible Exchange Rates”, 1953, destacó hasta qué punto los sistemas de cambio flexibles mejorarían la economía global por medio de la independencia monetaria. También los economistas Robert Mundell y Marcus Fleming, como demuestra el modelo IS-LM BoP derivado de sus estudios, señalaban lo dañinos que los tipos de cambios fijos podían ser. Todo esto está relacionado con el concepto de la “trinidad imposible”.
La siguiente figura muestra los diferentes regímenes según cuatro variables: la flexibilidad del cambio, la pérdida de una política monetaria independiente, el efecto anti inflación y la credibilidad del compromiso del tipo de cambio.