Un sistema de zona objetivo es un sistema de cambiario acordado en el que ciertos países se comprometen a mantener su tipo de cambio dentro de unos ciertos límites. Estos márgenes pueden ser establecidos en relación a otra divisa, un acuerdo de cooperación (como el ERMII) o a una cesta de divisas. Este diferencial de margen puede, sin embargo variar dando lugar a dos diferentes versiones:
-Versión fuerte: también conocida como acuerdo convencional prefijado. El tipo de cambio fluctúa dentro de un margen del más menos 1% o inferior, y es revisado frecuentemente. La autoridad monetaria puede mantener los tipos entre estos márgenes a través de una intervención directa (por ejemplo, adquiriendo o vendiendo divisa doméstica y extranjera en el mercado) o de un modo indirecto (influenciando los tipos de interés). La flexibilidad de la política monetaria es mayor que para un sistema de adopción de moneda.
-Versión débil: también conocida como tipos fijos entre bandas horizontales. En este caso, el tipo fluctúa más de un 1%. Existe un grado limitado de discreción en la política monetaria.
Los sistemas de zona objetivo pueden ser vistos a medio camino entre tipos fijos y flexibles. Este sistema permite mantener un comercio estable entre los países, y al mismo tiempo permite cierta fluctuación en los tipos dependiendo de las condiciones económicas y los flujos de comercio de cada país.
La siguiente figura muestra los diferentes regímenes según cuatro variables: la flexibilidad del cambio, la pérdida de una política monetaria independiente, el efecto anti inflación y la credibilidad del compromiso del tipo de cambio.