Una selección adversa es un tipo de información asimétrica. Ocurre cuando dos agentes asignan o son sometidos a una probabilidad diferente de que ocurra un mismo evento (normalmente adverso). En este caso, el agente que posee la mejor información tiene claramente una situación de ventaja. Se dice que esta ventaja es ex-ante porque, al contrario que el riesgo moral, la ventaja ocurre antes de que el contrato sea firmando.
Para clarificar este concepto, veamos un ejemplo: las primas de los seguros. La persona que contrata un seguro posee una ventaja frente al asegurador, quien por tanto carga una prima por asumir un riesgo adicional derivado de la falta de información, aparte de cualquier otro cargo destinado puramente a generar beneficios.
Lucía contrata un seguro de salud pero olvida contar al asegurador que ha sido una fumadora activa, bebedora, y conductora temeraria durante 50 años. Lucía sabe que su probabilidad de contraer una enfermada de corazón o de pulmón es muy elevada, por encima de la media de su edad. La compañía de seguros no sabe que Lucía es una abuela que lleva una vida peligrosa y basa el cálculo de la prima de su seguro en la probabilidad de que una persona de su edad sea hospitalizada por un largo tiempo, una persona media que seguramente sea más joven y más sana que Lucia. La ventaja de Lucia es ex-ante. Al mismo tiempo, la sana de Ana, que tiene 30 años, no podrá acceder a un seguro por el elevado coste de la prima y probablemente nunca se suscribirá a una póliza.
Existen consecuencias negativas derivadas de este ejemplo, que pueden ser generalizadas a otros mercados además del de seguros, como se ve en The Market for Lemons, un artículo de George Akerlof, o en el artículo sobre el racionamiento de crédito de Stiglitz y Weiss. Ya que la gente como Ana ha de pagar primas más elevadas que aquellas que obtendrían con información perfecta, decidirán no contratar un seguro. La falta de salud y cuidado de la gente hará que la persona media considerada por las aseguradoras sea menos sana y cuidadosa, lo que aumentará el precio de las primas. Esto animará a la gente más sana que la persona media a dejar de pagar el seguro, cayendo en un círculo vicioso. Teóricamente, el mercado de los seguros de salud desaparecería, al no haber nadie dispuesto a pagar precios tan elevados.