La ciencia económica hace una distinción entre economía normativa y positiva. La economía positiva es la rama que se centra en la descripción y explicación de los fenómenos económicos, mientras que la normativa se centra en la aplicación de la economía positiva con el propósito de dar consejo sobre los problemas prácticos incluyendo aquellos relativos a las políticas públicas.
Podemos fácilmente distinguir entre economía normativa y positiva haciendo las dos siguientes preguntas: “¿Qué es?” y “¿Qué debe ser?”. Como se ha dicho previamente, la economía positiva se centra en analizar los fenómenos económicos, respondiendo a la pregunta “¿Qué es?”. La economía normativa quiere responder a la pregunta ¿Qué debe ser? En otras palabras, como se puede aplicar algo que se descubre (economía positiva) al mundo real (economía normativa).
La distinción fue hecha por primera vez durante el siglo XIX, por algunos de los más destacados economistas de la escuela clásica, como John Stuart Mill o John Neville Keynes (el padre de John M. Keynes). En su análisis, estos economistas primero observaban un fenómeno económico y luego postulaban una hipótesis tratando de explicar ese fenómeno. Esta hipótesis luego sería testeada sobre hechos reales económicos para determinar el alcance de la validez de estas teorías.
Así, podemos pensar en la economía positiva como una disciplina puramente científica, objetiva y basada en hechos, mientras que la economía normativa está más sujeta a juicios de valor y de ahí considerada no científica. Como resultado, solo las afirmaciones de la economía positiva pueden ser testeadas, aprobadas o rechazadas. Sin embargo, como las afirmaciones de la economía normativa están basadas en opiniones nunca pueden ser absolutamente ciertas o falsas.