El screening es una de las principales estrategias para combatir la selección adversa. Es a veces confundido con el signalling, pero existe una diferencia fundamental: en ambas, los agentes “buenos” (las cerezas de este mundo) son separados de los “malos” agentes o limones, que son erradicados. En el signalling, es el agente desinformado (la víctima de la información asimétrica) quien se mueve primerio y establece una estrategia para detectar a los limones. En el screening, sin embargo, son las cerezas, los agentes informados, quienes realizan el primer movimiento. El análisis del proceso de screening fue desarrollado por Michael Spence en su artículo “Job Market Signaling” (Señalización en el mercado de trabajo) de 1973.
La mejor y más conocida explicación teórica es la del screening competitivo, propuesta por Rothschild y Stiglitz en 1977, en su artículo “Equilibrium in Competitve Insurance Markets” (Equilibrio en mercados competitivos de seguros), que muestra como las compañías de seguros pueden sortear las personas tomando ventaja de la selección adversa ofreciendo diferentes tipos de opciones de seguros que atraerán solo a los adversos al riesgo. Este concepto es desarrollado en más detalle por los modelos de seguros que cubren este campo analizando el riesgo y la incertidumbre.
Existen dos tipos de screening: en el primero, la víctima de la información asimétrica simplemente trata de encontrar cuanta más información sobre el otro agente. Por ejemplo, llevar a cabo un chequeo sanitario antes de ofrecer un seguro de salud, o un chequeo de perfil antes de ofrecer un trabajo. Esto, a parte de la moralidad del asunto, es altamente regulado en muchos países. La segunda opción es usando teoría de juegos para establecer los términos de un contrato y que solo interese a las cerezas. Algo tan simple como un copago en caso de reclamo (por ejemplo, pagar un pequeño porcentaje del daño en caso de accidente) puede ayudar a detectar a los no adversos al riesgo.