Un bien es aquello que proporciona a su poseedor algún tipo de satisfacción, y por tanto tiene una utilidad. Existen diferentes tipos de bienes, y diferentes clasificaciones pueden ser establecidas. Podemos diferenciar entre bienes de consumo (duraderos o perecibles) y bienes de capital. También pueden clasificarse dependiendo del grado de reacción ante cambios en la renta (bienes normales y bienes inferiores) y ante cambios en el precio de los bienes (bienes ordinarios y bienes de Giffen).
- Los bienes normales son aquellos cuya demanda aumenta debido a un aumento de la renta, teniendo por tanto una correlación positiva, que implica que la elasticidad de este tipo de bienes es siempre mayor que cero. Los bienes normales se dividen en dos categorías, bienes superiores y vienes necesarios:
- Los bienes superiores, también conocidos como bienes de lujo, son aquellos que desplazan la demanda de bienes inferiores después de un aumento de la renta de los consumidores. Son bienes normales ya que la demanda aumenta con los ingresos, pero sin embargo, la diferencia es que ocupan la cuota de los bienes inferiores. La elasticidad de estos bienes por lo tanto siempre será mayor que uno.
- Los bienes necesarios (o bienes de primera necesidad) son aquellos cuya demanda aumenta cuando aumenta la renta, pero el aumento de la demanda es menor proporcionalmente al aumento de la renta. La elasticidad de estos bienes se encuentra entre cero y uno.
- Los bienes inferiores son aquellos cuya demanda se mueve en dirección opuesta a la variación de la renta de los consumidores. Esto ocurre porque las preferencias de los consumidores cambian con su nivel de ingresos.
- Los bienes ordinarios son aquellos cuya demanda se mueve en dirección opuesta a la variación de precios. Esto implica que un aumento en el precio del bien acarrea una reducción de su demanda y viceversa.
- Los bienes de Giffen son bienes cuya demanda se mueve en la misma dirección que la variación de precios. Esto significa que, si el precio de un bien aumenta, su demanda también aumenta. La explicación para este tipo de bienes viene del efecto “snob”: cuanto más caro es un bien, menos gente puede permitírselo y por tanto se convierte en más valioso y deseado.